Hacer un uso eficiente de tus recursos se vuelve muy importante en tiempos complicados como los que hemos vivido en los últimos años: altos precios de productos y servicios, y escasez.
Entre los consejos de finanzas personales hay uno que es la base para comenzar a mejorar o sanar nuestra relación con el dinero: y se trata de elaborar un presupuesto.
Tener un presupuesto te ayudará a mantener el control de tus gastos, identificarlos, conocer tu nivel de ahorro y tu capacidad de pago, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF).
Antes de llegar a elaborar un presupuesto, es importante definirlo: El presupuesto es una estimación financiera de tus ingresos y gastos, elaborada por escrito, y que tiene como fin cumplir los objetivos en un periodo determinado,
De acuerdo con datos del INEGI, el 79% de los adultos usuarios de servicios bancarios, no lleva un registro de sus gastos, el 9% lo hace de vez en cuando y solo el 11% utiliza esta herramienta.
Podemos dividir nuestro presupuesto en dos tipos de gastos:
Gastos Fijos: son todos aquellos que no puedes evitar y los realizas de forma periódica, como el pago de hipoteca o renta, colegiaturas, seguros y servicios (agua, luz, teléfono, internet, entre otros).
Gastos Variables: Estos también son importantes, pero te permiten más flexibilidad en las cantidades necesitas para cubrirlos, por ejemplo, comida, transporte, entretenimiento o vestido.
Los ingresos también se dividen en fijos y variables.
Entre los ingresos fijos encontramos, sueldos, rentas o pensiones. Los ingresos variables se tratan de los recursos que recibes por concepto de propinas, ganancias de un negocio, comisiones de ventas o bonos.
Para elaborar un presupuesto debes seguir estos 3 pasos:
Identificar todos tus ingresos: Para ello tienes que hacer una lista, por escrito, de todas y cada una de las fuentes de ingresos con las que cuentas, así como la cantidad de dinero que recibes.
Registrar todos tus gastos: No importa si es un gasto grande, mediano o pequeño, apunta TODO lo que gastas y en que lo gastaste. Esto te ayudará a identificar los famosos gastos hormiga, que pueden parecer inofensivos, pero al sumarlos representan un monto muy relevante. Una vez que estás consciente de tus gastos, organízalos por categorías: alimentos, vivienda, salud, educación, entretenimiento y transporte para darle más orden a tu dinero.
Saca tu balance: Esto lo obtienes al sumar todos tus ingresos y restarle los gastos.
Si gastas una cantidad igual a la que ganas, se considera que tus finanzas son equilibradas, pero cualquier imprevisto te generará un desbalance y problemas con el bolsillo.
Si tus ingresos son menores a tus gastos, estás en serios problemas y necesitarás pedir prestado para cubrir todos tus gastos.
Lo ideal es que tus ingresos siempre sean mayores a tus gastos, así tienes la posibilidad de ahorrar e invertir para hacer frente a algún imprevisto.
Aunque no hay una fórmula única para la creación de un presupuesto, existen algunas recomendaciones para elaborarlo:
Una opción puede ser destinar 50% de tus ingresos en necesidades, 30% en darte una gusto y el 20% restante al ahorro.
Otra alternativa sería aplicar el 70-30: gastar 70% en necesidades y ahorrar el 30% restante.
Tú puedes usar estas u otras estrategias para presupuestar. Decidas lo que decidas no olvides que estas fórmulas debes aplicarlas también a otros temas como préstamos o viajes.
Y si necesitas un préstamo Olimer KPTL te apoya con eso.
Comentarios